La ciudad de Cali, en Colombia, se ha convertido en el epicentro de la COP16 sobre biodiversidad, el principal foro para abordar temas cruciales de conservación ambiental y la protección de la naturaleza. Este evento, que reunirá a representantes de 195 países signatarios del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, en un esfuerzo por revisar los avances en la implementación de este marco internacional para la preservación de la biodiversidad.

Recientemente, se reveló el significado y el sentido del logotipo y el lema de la COP16. La imagen se compone de una flor de Inírida, una especie autóctona de Colombia. Sus pétalos representan tanto las 23 metas del Marco Mundial de Biodiversidad como las trece ecorregiones claves del país, simbolizando el compromiso de Colombia con la conservación.

 

Enfoque de la COP16: Paz con la Naturaleza

El lema de esta cumbre, “Paz con la naturaleza”, busca generar conciencia y fomentar una relación más armoniosa con el entorno natural, invitando a reconsiderar un modelo económico que no dé prioridad a la extracción ni a la explotación de los recursos naturales. Para Colombia, “paz con la naturaleza” es un ideal en el cual la diversidad natural y cultural se entrelazan con la justicia ambiental, un enfoque que promueve la protección de los derechos de la naturaleza y la mitigación de conflictos ambientales.

Desafíos y amenazas para la paz con la naturaleza

Existen diversas amenazas para alcanzar una relación pacífica con el medioambiente. Entre estos se destacan los delitos ambientales como la minería ilegal y la deforestación, así como la presión de proyectos extractivos que vulneran los derechos y las formas de gobierno de las comunidades locales. Además, la violencia contra los defensores de derechos ambientales es un desafío crítico que pone en riesgo tanto la seguridad de las personas como la preservación de los ecosistemas.

Promoviendo la paz con la naturaleza: el papel de la ciudadanía

Para promover una relación armónica con el medioambiente, es fundamental que las personas reconozcan el valor intrínseco de la naturaleza, considerándola como víctima de los conflictos. Esto también implica una reparación y garantía de derechos ambientales, una labor en la que organizaciones como WWF trabajan activamente.

WWF, en particular, contribuye a través de enfoques de conservación inclusiva y procesos de gobernanza que buscan fortalecer el cumplimiento de acuerdos como el Acuerdo de Escazú y promover áreas protegidas y paz. Este esfuerzo incluye la generación de información mediante la identificación de amenazas en territorios y áreas protegidas, como la deforestación. Además, se realizan análisis sobre las condiciones que aumentan la vulnerabilidad de comunidades, ecosistemas e infraestructuras frente a fenómenos climáticos a corto y largo plazo.

Finalmente, WWF apoya el diseño y fortalecimiento de sistemas de monitoreo comunitario en distintas regiones, involucrando a los habitantes en la observación y conservación de su entorno natural.